Interesante entrevista a John Hurt

Hurt es conocido en el mundo del cine como el 'Soberbio excéntrico', dado a los raros personajes que suele interpretar. En elmundo.es han colgado una entrevista bastante curiosa y extensa. Si te gusta este actor, o te interesa ahora más al salir en la cuarta de Indiana Jones, es una buena oportunidad de 'entenderle'.
De la entrevista os dejo la pregunta de rigor para este sitio :
P. Muy británico, sí. Pero ¿usted se cree esto de la lógica invisible que nos gobierna, el poder de los números?R. Seldom hace que todo el mundo crea que las matemáticas son la única lengua que puede considerarse absoluta; pero no, yo no creo en el poder de los números, esa suerte de destino ciego: no.
P. No cree en el destino, ¿y en usted mismo?, ¿está completamente seguro de saber quién es?
R. [Se ríe fortísimo]. Oh, en absoluto, no soy una persona segura de sí misma. De hecho, cada vez que ruedo una película me digo: bien, esta vez me van a descubrir.
P. ¿Quién tendría que descubrirle? Otros; yo ya sé que no soy lo que soy.
R. ¿Qué otra cosa es, entonces? Cada individuo es una peculiar amalgama de factores predecibles en su mayoría, lo no predecible es una mínima parte de la vida, y eso es lo que te hace interesante o no.
P. ¿Su destino es su carácter?
R. Sí, pero uno puede hacer uso de su personalidad o no, la vida te coloca frente a decisiones y finalmente los círculos son infinitos.
P. ¿Por qué se le conoce como un excéntrico?, ¿lo es?
R. No, yo no me considero un excéntrico, sino una persona perfectamente normal. No creo que nadie se pueda considerar a sí mismo excéntrico. [Pausa de unos 30 segundos]. Mmm... aaaaah... Un excéntrico sólo es aquel que se comporta de forma extraña sin darse cuenta, porque quien lo hace conscientemente ya no es un excéntrico sino un esnob, un exhibicionista o parecido. ¿Tú te consideras excéntrica?
P. No, pero sí tal vez un poco distinta. ¿Usted no se ve distinto a la mayoría, un poco raro, no sé?
R. Tal vez no soy exactamente un conformista, no, tampoco. [Pausa] Entonces tú estarás contra la corrección política, claro.
P. ¿Quién inventó esto de la corrección política?, ¿quién es el árbitro de lo que debemos pensar?
R. Partió de Estados Unidos. Sí, creo que así fue en origen: pura cosmética para maquillar la invasión de Irak, para que no se vea lo que hay debajo, claro. La búsqueda de la verdad de uno mismo, ¿ves?, eso sí podría considerarse excéntrico, porque la mayoría no está interesada en esta búsqueda, y es perfectamente feliz estando de acuerdo con el estatus quo.
P. Y ¿qué es la verdad para usted?, ¿es algo imposible de conocer, como también sugiere la película?
R. A quién le importa, si vivimos en la oscuridad. Te respondo con una interesante cita de Oscar Wilde: «La verdad es raramente pura y nunca simple». Pero es una búsqueda indulgente. El único lenguaje absoluto es de las matemáticas, todo lo demás es relativo, nada es absolutamente cierto».
P. Por ejemplo, ¿podríamos algún día conocer la verdad sobre el terrible ataque terrorista cometido en Madrid por Al-Qaeda, recientemente sentenciado?
R. Esto es otra acepción de la verdad, la verdad política, sobre la que sólo me atrevo a afirmar un hecho: que la elite política es perfectamente consciente de que el planeta tiene un enorme problema de población, y que actualmente ya ha acordado quién sobrevivirá y quién no. Puedo equivocarme, no puedo probar lo que digo, pero me sorprendería. Somos más de 6.000 millones de personas y ya no hay suficientes recursos, el planeta está superpoblado y camina hacia la devastación; y en 2050 seremos 9.000 millones: ¿qué será entonces de nosotros? Es una visión muy pesimista, lo sé.
P. Perdone que vuelva atrás, pero se me ha escapado a una pregunta, ¿por qué dicen de usted que es un excéntrico: es usted un raro por los personajes que interpreta o interpreta cierto tipo de personajes porque es usted un raro?
R. Tal vez la razón esté en los personajes que he encarnado, sí, que no son muy corrientes. Y la razón por la que he hecho estos personajes es porque alguien ha pensado que me irían bien, y si me van bien supongo que de algún modo debo de ser... un excéntrico, sí, tal vez (ríe).
P. Los círculos que son infinitos.
R. Exactamente, quién puede saber la verdad.
P. Mr. Hurt, ¿ha llegado usted al agnosticismo por ser hijo de un cura o pese a ello?
R. No lo sé. Cuando era pequeño aceptaba el mundo tal y como se me presentaba: sin televisión, sin acceso a la radio, 84 niños en una escuela absolutamente aislados del mundo exterior: esa fue la vida que yo conocí y no me suscitaba demasiadas preguntas. En cambio, sí recuerdo un compañero que cuestionaba el mundo y que decía, año ?949, que llegaríamos a la Luna: era mucho más perspicaz que los demás, que lo ridiculizaban por su curiosidad. Yo nunca lo ridiculicé pero tampoco lo defendí, y ahora me siento culpable, fui un cobarde.
P. Pero ésta no era la escuela donde enseñaba su madre, ¿o sí? ¿Alguna vez fue su maestra?
R. Fue mi maestra hasta los 8 años, más o menos, en que tuvieron que enviarme fuera porque lo odiaba, odiaba que el resto de los niños vinieran a mi casa a aprender. Pero claro, entre el momento en que naces y los ?0 años, el tiempo es eterno: luego empieza a ir más rápido.
P. Después le enviaron a una escuela de bellas artes, ¿acaso no le fue bien, por qué terminó siendo actor?
R. Me enviaron a bellas artes porque no sabían qué hacer conmigo: no era bueno académicamente. Y el caso es yo quería ser actor, quise serlo desde que vi la película de Oliver Twist, con 9 años, pero no tenía ni idea de cómo llegar a ello. Y además, para mis padres, aunque les encantaba el teatro, la sola idea de ver a «uno de los nuestros» sobre un escenario, era simplemente imposible. Lo cual es paradójico porque, por dios, ¿qué era mi padre sino un actor?: el mismo negocio, distinto departamento. Así que, cuando estaba acabando la carrera en Londres, tuve que aprovechar que ellos se marcharon a una misión en Belice para buscar mi primer trabajo en el teatro, por 6 libras a la semana, y luego mi primera audición. De cualquier modo, me encanta pintar, y todavía pinto, pero nunca podría haber sido un profesor, como mis padres querían porque ello me hubiera garantizado dos factores valoradísimos en la posguerra: respeto y seguridad.
P. ¿Por qué le sedujo de ese modo Oliver Twist, a la sazón mi película favorita en la infancia, también?, ¿se identificaba con el mundo dickensiano?
R. Oh, la interpretación de Alec Guiness es como un milagro, es maravillosa. Sí, me sentía identificado en cierto modo. Mi infancia no fue tan terrible, pero definitivamente fui educado en el miedo, continuamente juzgado y sancionado, mi trasero estaba permanentemente negro y azulado, atravesado por surcos rojos de los azotes, porque mi problema es que no sé mentir. [Me río] No te rías, no era nada divertido: es uno de los tópicos errores de la mayoría, pensar que los actores somos unos mentirosos. Al contrario, normalmente somos gente que perseguimos la verdad y por eso interpretamos otras vidas.
P. ¿Y todavía conserva esos miedos? ¿Cuáles son sus peores miedos hoy?
R. Supongo que sí los conservo, pero hoy mis miedos son más universales que personales: los imponderables sin respuesta, quiénes somos y a qué hemos venido.
P. ¿Conserva mucho de aquel niño?
R. Creo que sí, tiene que ser así. Una vez un niño se acercó a Alec Guiness y le dijo: «Cuando crezca quiero ser actor». Y Guiness le respondió: «Oh, no, querido niño, no puedes hacer ambas cosas al tiempo, si quieres ser actor no puedes crecer».
P. Una apreciación inteligente, sí. Mr. Hurt, usted mismo ha reconocido que no da buen convivir, ¿no es una actitud en cierto modo egoísta?, ¿o tal vez es sólo infantil?
R. ¿Y vivir contigo es fácil? Yo no creo que sea una persona peculiarmente difícil para la convivencia, y aunque haya gente que lo considere así, mi mujer no opina lo mismo.
P. Tengo entendido que es su cuarta mujer, ¿cierto?
R. Oh, sí, me llevó mucho tiempo encontrarla [ríe]. Mira, a medida que nos hacemos mayores la convivencia se complica. Cómo sino con dificultad van a encontrar la armonía dos personas procedentes de familias, genéticas y pasados totalmente distintos; pensar lo contrario es idiota, eso sí que es excéntrico [ríe]. Las personas más inteligentes que conozco se vuelven problemáticas cuando entran en el terreno de lo emocional. No sé quién inventó este modo de vivir en parejas o grupos, pero quién sabe si es lo correcto.
P. Hurt, protagonizó usted una de las escenas más terroríficas de la historia del cine, Alien brotando de su estómago, ¿cómo se siente cuando vuelve a verla, o cuando se tropieza con alguien que lleva esas camisetas con el fotograma impreso?
R. No entiendo cómo alguien puede usar semejante camiseta, y los hay, sí. Y te diré que al menos la mitad de los autógrafos que firmo van sobre esa imagen llena de sangre, con esa especie de falo saliendo de mi pecho, aghhhh. ¿Que cómo me siento?, me alucina el impacto que aún tiene, 30 años después.
P. Voy a insistir en la única pregunta que al parecer le he hecho y que no doy por respondida: ¿le eligen para esos personajes estrafalarios o es usted quien los elige, por estrafalario?
R. Bueno, primero te los ofrecen y luego tú decides si los haces o no. La primera vez que me senté frente a David Lynch, por ejemplo, supe que era una persona muy especial, me sentí atraído por él, y pensé que si no hacía la película desperdiciaría una buena oportunidad. Y qué hace posible que esto suceda entre dos personas, no sé, es una química que se produce o no, un instinto que puedes admitir o negar. ¿Cómo eliges a un amigo? Pues lo mismo, química.
P. Viniendo de este tipo de cine independiente, culto, de autor, ¿qué se le ha perdido ahora en Indiana Jones?, ¿puro infantilismo?
R. Ah, no puedo hablar de ello, me lo tienen prohibido pero, ¿sabes La isla del tesoro?, pues seré como un nativo al estilo del que se queda en la isla de Stevenson. La acción no es un tipo de cine que me interese, y ésta no podría ser una de mis películas favoritas, pero fue divertido hacerla.
(+) 'Los crímenes de Oxford', dirigida por Álex de la Iglesia y protagonizada por John Hurt, se estrena en nuestro país el 18 de enero.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio